Son nativos de Nanegalito, su existencia es tan frágil que desaparecen cuando no hay lluvia. Nos costó mucho trabajo que vuelvan a su habitat. Al fin lo logramos sin siquiera cortar una rama e ir amontonando las hojas de los árboles para que el suelo vuelva a su estado natural y retornen los sapitos con su croar, para alegrar las noches y las tardes tibias del campo
Déborah Bracero
ResponderEliminarPensar que los sapitos están de vuelta. Es hermoso
Vamos a la finca, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, quizás lo leas.
EliminarPinches saposs!!!
ResponderEliminarYa sé quien eres Pablo, tus palabras son inconfundibles, pero igual los cuidas
EliminarGladys Tobar
ResponderEliminarEs extraordinaria la naturaleza, siempre que la veo me emociona y hay que cuidarla
Gracias por darnos la oportunidad de haber crecido en el campo y aprender a amar a la naturaleza
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